El
complejo erigido a Eilistraee en Bajomontaña está sufriendo un ataque. Los
cuarteles, los templos, las tiendas, las casas, la posada...todo se encuentra
sumido en el caos. Las hermanas corren aquí y allá vistiendo sus armaduras,
tomando pociones, entonando conjuros... poco a poco las capitanas van
organizando la defensa. Es difícil averiguar desde donde procede el ataque pero
los prodigios apenas tienen tiempo para poder descubrirlo tan solo corren
guiados por Leyra -la espada cantante que lideraba el grupo que combatía contra
Szordrim el drow semidemonio- hacia la cámara secreta donde se encontraba uno
de los pocos portales élficos que llevaban al antiguo y casi olvidado sendero
de la canción. Qilué Veladorn había otorgado la bendición de acceder al portal
para que los prodigios pudieran examinarlo. Al parecer se vió influenciada por el
aviso de Khelben Baculoscuro que exponía la posible gravedad de la situación y
la gran importancia de la misión de los Haalruanos. Al alcanzar la cámara secreta
del portal unos seguidores de las sombras emboscaron a los prodigios que a
duras penas consiguieron rechazarlos. Respirando ya mas pausadamente Fránsico comienza
a examinar el portal y a entonar una antigua canción élfica, el portal comienza
a brillar y la ilusión de un bosque frondoso se va materializando rodeándolo.. En ese preciso instante un beholder no-muerto
aparece por el túnel de salida. Las respiraciones se aceleran, parece ser, que habrá
que darle algo más de tiempo al Bardo..
The Gate by Christophe Vacher |