No fue la primera batalla en Bajomontaña, ni sería la última.
Puerto Cráneo llevaba tiempo a punto de estallar, la creciente
influencia que el Ojo poseía sobre todo el nivel empezaba a ser un serio
peligro para las sacerdotisas de Eilistrae y para Aguasprofundas. En esta
situación, cabía esperar que con la llegada de los Caminantes de las Sombras y
de los Prodigios a Puerto Cráneo se podrían desencadenar una serie de
acontecimientos donde inevitablemente se verían involucradas las principales fuerzas
de la pequeña población, de todo el nivel e incluso de Aguasprofundas.
Los espías del Ojo habían sido alertados de la llegada de los
Prodigios por los Caminantes de las Sombras que, una vez más, parecían
adelantarse a los hechos y preparaban el terreno buscando aliados que tuvieran
intereses comunes. Esta nueva alianza les permitió posicionarse estratégicamente
en el nivel para preparar una emboscada en la caverna oculta donde se
encontraba uno de los pocos portales de la canción que sobrevivieron a la caída
del gran reino élfico de Illefarn. Los caminantes de las sombras unidos a las poderosas
fuerzas del Ojo tenían la certeza de acabar con los Prodigios de una vez por
todas... y hubiera sido así de no ser por la inesperada ayuda que surgió de una
improvisada alianza con las sacerdotisas de Eilistraee que residían en el mayor
complejo sagrado dedicado a la Diosa situado entre Puertocraneo y la fortaleza
del Ojo.
Con gran ambición, el Ojo aprovecho la situación para intentar asestar
al mismo tiempo un golpe definitivo a las sacerdotisas para erradicarlas del
nivel de una vez por todas, y así poder gobernar PuertoCraneo sin oposición. De
haberlo logrado, habría sido cuestión de tiempo para que finalmente hubiera
conseguido el control de prácticamente todo el contrabando de Aguasprofundas.
Los Lores de la ciudad no lo podían permitir.
Un lord en particular, no lo podía permitir.
Khelben, elegido de Mystra, y uno de los archimagos más poderosos
de Faerun poseía fuertes vínculos personales con Quilue Veladorn, suma
sacerdotisa del templo y también elegida de Mystra. Khelben, tras seguir la
pista a los prodigios desde su encuentro en el templo de Mystra en Halruaa pudo
averiguar sus intenciones con el portal,
lo que también le permitió adelantarse a los hechos. Khelben posiciono a
sus agentes y aviso a los maestros de los prodigios para ayudarles a infiltrar
y ocultar a otro prodigio en la batalla justo en el momento indicado, al mismo
tiempo, ataco a los agentes del Ojo en PuertoCraneo lo que impidió que el Ojo
pudiera enviar más refuerzos y le obligara replegarse para defender su
fortaleza. No era un plan perfecto porque obligaba a las sacerdotisas y a los
prodigios a tener que aguantar durante un tiempo el asalto, pero lucharon con
valentía, fiereza y astucia... el tiempo suficiente hasta que los asaltantes
fueron rechazados.
Cuando el último de los prodigios cruzo el portal Khelben miro a
Quilue con complicidad
-
¿Crees
que lo convencerán? – Le pregunto
-
Han
llegado hasta aquí, ¿qué otra opción tienen? – Le respondió