lunes, 15 de mayo de 2017

Los Prodigios

U-Grukk y Aliira. Aliira era una niña Fey’ri nacida de una súcuba y un desconocido elfo solar noble.  Misteriosamente liberada por la Mansión en la toma de la Fortaleza de PuetaInfierno en 1369 DR, fue educada y entrenada como niña prodigio, antes de que su lado demoníaco se liberara, por las sacerdotisas de la capilla de Mystra en la Mansión. Tras su formación, fue enviada por la propia Mansión sola a la Fortaleza de la Puertainfierno para conseguir algo importante para sus misteriosos fines: ella era la única prodigio capaz de entrar en la Fortaleza pasando desapercibida y con memoria de sus lúgubres pasillos. La misión suicida fue cumplida siendo perseguida durante dos años por U-Grukk y su patrulla Tanarukk de Puertainfierno, instruido por su padre Gruk el “Terrible”, Señor Tanarukk de las huestes de los subterráneos de la Fortaleza infernal, todavía infestados y pseudo-gobernados por algunas de las Marilith y Señores Lich supervivientes de la destrucción de la fortaleza.


En su obsesiva persecución U-Grukk recorre todos los reinos tras Aliira, influenciado por  un piadoso Decébalus, un explorador que habían secuestrado, chantajeado y obligado a guiarles hasta la esquiva prófuga, que se negaba desesperadamente a conducir a la pérfida patrulla vigilada por los Lich a su querida Mansión y a sus hermanos y hermanas prodigio. Decébalus consigue hacer aflorar, al estar lejos de la fortaleza, el lado humanoide de U-Grukk, y este acaba locamente enamorado de Aliira, y ella de él, puesto que ambos comparten un lado demoníaco anárquico que les provoca una extraordinaria atracción sexual y emocional.


U-Grukk, en su desesperado periplo comete fallos deliberados para no llegar a apresarla, pero no es muy inteligente en sus maniobras pese a la sabia guía de Decébalus. Cuando la patrulla empieza a sospechar, el explorador interviene sabiamente ayudando y convenciendo a U-Grukk, y confabulándose con Aliira,  para convertir una supuesta escaramuza a la Fey’re en una encerrona a la propia patrulla. En un combate épico ésta es aniquilada, salvo el demonio Kammar, disfrazado como mago no-muerto y lugarteniente en la ya condenada partrulla, el cual consigue huir por medios mágicos de transporte. El mismo Kammar avisa por medios mágicos a sus señores, y consigue reclamar la atención en la más oscura de las profundos salones de la Fortaleza de Puertainfierno. El Señor Lich y la Marilith madre de U-Grukk entran en cólera ante la traición de su más joven hijo, y lanzan una terrible maldición a los enamorados en el mismo momento que estos, al derrotar a sus secuaces en un cruce de caminos, se van a dar su primer beso.


Son convertidos en una estatua de obsidiana, fundidos en un apasionado abrazo de amor, pero Aliira clama a su Señora en ese terrible instante que ha llamado la atención de la misma Sune, protectora de los enamorados. Mystra observa el desenlace y, presionada por Sune, su estrecha aliada, debe intervenir y alterar el tejido mágico para que no mueran los desafortunados amantes. Pero no queriendo enfadar a los Dioses de la muerte y a los oscuros Demonios que asimismo observan a la casi pétrea pareja, y dificultando además el hecho de que sean localizados por el enemigo, los deja condenados a nunca poder verse y a protegerse mutuamente, cambiando ambos de forma de tal manera que cuando uno es una figurilla de mármol, quedando su alma atrapada en el plano de CorazónAura en la torre de Mystra, el otro cobra forma carnal en Faerun. Tan sólo un diario mágico comenzado por Aliira les une en una triste pero afortunada existencia, una historia que está por escribir...



Himsul, Conocía bien la ciudad, lo que no significaba que le gustase. No había cambiado mucho desde su última visita, salvo por la nueva muralla que rodearía el barrio exterior cuando estuviese terminada. Contempló,tan asombrado como la primera vez, la maravilla que se presentaba ante sus ojos; los muros que separaban los distintos barrios, las cúpulas doradas de los palacios, los cientos de minaretes, blancos como marfil, que e elevaban hasta arañar el cielo, los jardines de las mansiones de los mercaderes y, más abajo, los bazares y las casas más humildes, que formaban un sinuoso laberinto de calles estrechas que desembocaban en plazas de mil tamaños. Desde allí también podía ver las arenas de combate, dos moles gemelas capaces, cada una, de albergar en su interior a todos los habitantes de Halaraah. Y, dominándolo todo, la inmensidad del zigurat del Pasha, con sus jardines colgantes. Pero Puerto Calim no se conformaba con aparecer majestuosa ante la vista. La música de los espectáculos callejeros se mezclaba con los gritos de los comerciantes ofreciendo sus mercancías, el sonido de los cascos de las bestias y el traqueteo de los carros, el ruido de las peleas y el sordo ronroneo de miles de conversaciones que ahogaba, incluso, el rítmico batir de las olas contra los farallones del puerto. Aunque si algo era capaz de cautivar al viajero que llegaba a la ciudad por primera vez era su aroma. Una dulzona mezcla de especias, comida de los puestos ambulantes y sudor de esclavos. La primera vez que lo olió le pareció embriagador. Pero ahora era más viejo y su olfato más fino, podía percibir el tufo de la traición, la corrupción y la muerte por debajo de las demás fragancias. Esta ciudad no es más que una puta enjoyada vestida de seda, pensó. Una puta retorcida y peligrosa.
 
La puerta se cerró cuando las primeras lágrimas comenzaban a correr por el pálido rostro de la mujer. La Madraza de los Tres Califas había conocido días mejores, el revestimiento de mármol se había desprendido de buena parte de la fachada, y es resto estaba sucio y carcomido por el salitre de la brisa marina. Un gran arco de piedra, minuciosamente decorado con tallas geométricas, franqueaba la entrada al patio enlosado, alrededor del cual se encontraba un enorme edificio que hacía las veces de escuela, comedor y templo. Se encontraba en el barrio más pobre de Puerto Calim y se dedicaba a la caridad. Permanecía abierta de día y de noche, así que muchos indigentes utilizaban su patio como dormitorio, pensando que tal vez sus muros los protegerían de los peligros de la oscuridad. Seren le había dicho que aquí podría encontrar al muchacho, Himsûl, lo había llamado ella. Ya no era un esclavo, según le había contado, ahora vivía en las calles. Mendigando, o hurtando lo necesario para comer y acudiendo a la madraza para descansar.La medio elfa le había hablado mucho de él, había sido un niño dulce y obediente, más preocupado por la lectura y los números que por los juegos propios de su edad. Era risueño y se llevaba bien con sus hermanos y con los criados. Siempre generoso en su afecto. Sentía devoción por su padre y se interesaba por todos sus negocios con una madurez impropia de su corta experiencia. Pero era su madre con la que compartía más confidencias. Mantenían largas conversaciones, disfrutaban especialmente hablando en el idioma de su abuelo. Le encantaba escuchar antiguas canciones y relatos de la nación élfica y a veces fantaseaba con ser un sabio maestro del arte, tan poderoso como los reyes de Cormanthor. Tan grande era su fascinación que Seren comenzó a llamarle Elgon, el que sueña con el pasado. La historia contada es solo un comienzo de todo lo que moldeo a Himsul durante años, lo importante después de todo es que Himsul aprendió de su pasado.. y se convirtió en un aventurero con ansias de cambiar el mundo, evitar que siguiera siendo lo que es … y ayudar al progreso de civilizaciones justas como Halruaa en constante búsqueda de hacer un Toril mejor.



Fránsico, natal de la vetusta ciudad de Neverwinter, al norte de la Costa de la Espada. Sus padres eran dos mercaderes dedicados a la empresa de la fabricación y venta de plumas mágicas para escribir, más comúnmente conocidas como blumígrafos. Como al parecer el negocio de los blumígrafos no era lo suficientemente rentable, (avisados estaban de que los magos son muy conservadores a lo que a éstos temas se refiere) decidieron ampliar su negocio al campo de la conservación de productos alimenticios. Pusieron en marcha una sofisticada estrategia comercial, junto con cada ración de carne seca, obsequiaban un blumígrafo. Desgraciadamente la mayoría de clientes que compraban sus mercancías ni siquiera sabían leer ó escribir, siendo el destino de la mayoría de éstos aparatos para la escritura yacer en el fondo de algún cajón. Como la carnicería les fue bastante mejor decidieron concebir un hijo, y tras los esfuerzos que esto conlleva Paco llegó a Faerûn.
 
Daremos un pequeño salto en la vida de Paco, sabido es que en los primeros años de vida el único interés de la persona es tetar y dormir (aunque en el caso de Paco se puede decir que después de tres décadas poco ha cambiado). A la tierna edad de siete años, las artes sociales de Paco comenzaban a despuntar. No era raro verlo corretear por el mercado rodeado de un grupo de niñas. Los demás chavales, (quizá por envidia quién sabe) lo tachaban de rarito, nada más lejos de la realidad puesto que las traía a todas locas. Pero no solo de halagos vive el hombre y las laminerías no se pagan con cuatro palabritas bien dichas, por muy mono que fuera el niño. El hambre hace la necesidad, aunque en éste caso se trate de gula, y el chaval se las ingenió para hacerse con unos cuantos cobres que pagaran sus dulces deseos. Zorro como el sólo se fabricó un rudimentario instrumento de cuerda capaz de reproducir cuatro notas, afinado a oído. Observaba el tránsito del mercado, para saber cuales eran las esquinas donde pasaba más cantidad de gente. Tras encontrar el lugar idóneo, se plantaba en el a tocar musiquilla y hacer monerías a los caminantes que pasaban. En la mayoría de ocasiones era apartado a empujones por transeúntes que no querían saber nada de mendicidad, pero como dice el refrán, el neverwintero (ó neverwintense) tozudo saca cuscurro, el niño no cejó en su empeño hasta que terminó montándose una fiesta de pasteles y tartas con todas sus amiguitas.

Llegados sus doce años, Paco estaba hecho todo un galán, conquistador y geta. Ya llevaba a sus espadas un número considerable, para su corta edad de balcones escalados, inocentes jovencitas conquistadas y precipitadas huidas con las calzas a media pierna. Además el mozuelo era conocido en las tabernas de todo Neverwinter, incluidas las de más cuestionable reputación, donde las cervezas no iban acompañadas con una mosca dentro de la jara sino con una lagarta detrás de ella.
Sus padres, que aunque no eran muy listos andaban bien de vista se dieron cuenta que su hijo caminaba por una vía adoquinada hacia los planos caóticos, como cantaban unos populares bardos de por aquel entonces que se hacían llamar AC/DV (Arcano/Divino, uno de ellos era especialmente hábil con su laúd mágico). De ésta forma decidieron que su hijo tenía que lograr algo más en la vida que hacer el paripé por las calles de la ciudad. Una mañana como otra cualquiera de las que Paco llegaba a casa después de una noche de parranda, le esperaban sus padres en la puerta con las maletas hechas y un pergamino de ‘inmovilizar persona’ (de esos que llaman ‘para uso por muñecos de entrenamiento’) y lo mandaron en un carruaje ex proceso a una universidad de magia en Aguas Profundas.

Paco estaba algo confuso, los primeros días fueron extraños, al fin o al cabo se trataba de una ciudad nueva, nuevas gentes, una enorme escuela de magia... Pero Paco, lejos de hundirse, y recordando las sabias palabras de su difunto abuelo “al mal tiempo buena jarra”, (o cara, el hombre tenía un defecto en el habla) Y con ese refrán como estandarte volvió a sus andadas de taberna en taberna y balcón en balcón, con nuevas caras, cervezas y mozas. Antes de lo que canta una cocatriz Paco estaba saltando el muro que cercaba la universidad y corría hacia una taberna con su pandereta y laúd a cuestas.
Empezaron a sucederse las noches de juerga y las ausencias a clase, luego terminó el trimestre, y el siguiente, acabó el curso, y el siguiente, y el siguiente y de ésta forma, cerveza en cerveza y curso a curso llegó el treinta cumpleaños de Paco, y seguía en el primer grado de aprendiz. Los profesores no sabían que hacer con el, pero tampoco hizo falta tomar medidas apresuradas, pues un día desapareció, lo único que dejó atrás era una nota en la que podía verse escrito “Me voy a conocer mundo, no me esperen despiertos”.
Viajó lejos, muy lejos. Salió lleno de ilusiones, lugares que visitar y gentes que ver. 

Una noche ya cerca de las puertas de Baldur, después de pasar toda el día de caminata, yacía sentado en el duro banco de una posada. Pero no había cansancio que pudiera con él cuando la naturaleza llamaba bajo sus calzas. Se incorporó y estiró el cuello todo lo que pudo, porque... ¡bendito Tyr! al otro lado de la posada había visto una larga y ondulada melena, dorada como el sol, al tiempo que se dio cuenta de que entre la frondosa cabellera asomaban dos orejas puntiagudas. Aunque hubiera querido no podía abrir más los ojos, nunca había visto una elfa, es más, ¡nunca había seducido a una elfa! y Paco consideraba que ya era hora de poner fin al desconocimiento de como amaban las elfas. Paco se levantó decidido, y disimuladamente recolocó su paquete, como él sabía ponerlo para aparentar más. Con paso firme comenzó su aproximación esquivando borrachos y mesas hacia la esbelta figura, que enfundada en una sugerente armadura de cuero tachonado permanecía sentada de espaldas. La boca se le iba haciendo agua conforme andaba (si solo hubiera sido la boca...), veía su delicada mano agarrando la jarra cuando la levantaba para beber “no será lo único que levantes esta noche” pensaba calenturiento mientras acortaba la distancia con lo inevitable. No eran más de dos palmos lo que les separaba, Paco punteó algunos enrevesados acordes con su laúd y con la musicalidad que otorga el alcohol y la mala vida entonó algunas palabras -¿Quieres que te ‘toque’ algo?- la elfa se volvió de sopetón.

Durante unos segundos reinó el silencio, el espacio entre ambos se tensaba tanto que parecía hacerse material. Paco había perdido la respiración, no podía hablar después de ver su rostro, sus miradas se clavaban mutuamente, afiladas como puñales.
-Eres... eres.... ¡eres un hombre!
-Un hombre que te va a dar una paliza.- Dijo amenazante el elfo.
-¡Amigo! no me malinterpretes, yo solo te he preguntado si querías escuchar algo de buena música y quizá historias de valerosos héroes.
-El único valor que hay aquí es el de tu estupidez, ¿te me estás insinuando?- Dijo el andrógino varón clavando una ornamentada daga sobre la mesa.
-¡En absoluto! Ja... ja... jaaaa.... ¿que malentendido tan gracioso verdad? ¡Hagamos una cosa!- dejó el laúd en el suelo -¡Te invito a una cerveza!- Paco corrió a la barra, desesperado por salir airoso del aprieto y de paso no ser rajado por un elfo afeminado.
Fueron una, dos, tres cervezas, Paco había escuchado que los elfos no tenían mucho aguante bebiendo, pero este se las bebía como el agua. Cuatro, cinco, seis cervezas, Paco empezaba a ver doble, siete, ocho... el elfo seguía tieso como un pirulí. Paco ya perdió la cuenta de cuantas llevaban -¡Oe amijo elpo!- dijo nuestro vividor protagonista a duras penas, -Pero tu... ¿dojde apredijte a beber ají?- El elfo, algo contento, pero aún conservando algo de serenidad soltó una sonora risotada -Me crié entre los enanos- y le echó otro trago largo a la jarra que llevaba en la mano afirmando lo dicho. -¿Enanoj? nunja he vijto ninjuno. Pero tu, amijo elpo, ¡erej el mejor elpo que he vijto jamáj!- (cabe recordar que era el primer elfo que había visto en su vida) Paco rodeó al elfo con el brazo -¡Erej mi mejor amijo! ¡Brindemoj todoj a la jalú de mi amijo elpo!- Obviamente nadie le hizo caso. Varias jarras después Paco se despertó en una de las habitaciones de la posada con un horroroso dolor de cabeza.

Discutiéndose moralmente si continuar el camino o dejarse morir de asco en aquel catre se acurrucó un poco más entre las ásperas sábanas (¡qué suerte una cama con sábanas!), le pareció golpear algo duro con el pié, pero no le dio importancia. Se encontraba muy bien y calentito allí sin nada de qué preocuparse, a excepción de la molesta resaca. Llevaba un rato de lado y le empezaban a doler las costillas, era momento para cambiar de postura. Al voltearse boca arriba su mano topó con algo de tacto suave y templado. ¿Una bolsa de agua caliente? Paco no recordaba haber subido una bolsa de agua caliente, a decir verdad no recordaba nada después de la enésima cerveza. “Que agradable dormir con una bolsa de agua caliente” pensó, “no sé cómo no lo he hecho antes”, se acurrucó un poco más, pero empezaba a coger frío. Entonces tuvo la magistral idea de abrazar la bolsa de agua, y al darse la vuelta para aferrarse más a ella se percató de que era anormalmente grande. Palpó entre las sábanas para encontrar algo más calentito y blando, y... ¡con pelo! De un brinco salió de la cama para descubrir en el recién abandonado lecho al elfo de la noche anterior, durmiendo a pierna suelta... ¡y desnudo!. Traumatizado por la duda de que había ocurrido esa noche se aguantó un par de arcadas. Sin pensarlo dos veces, corriendo se enfundó en sus vestimentas, todo lo silencioso que pudo para no despertar al... bueno, al elfo. Una vez asegurado de que llevaba todas sus pertenencias, incluida su daga planar y la cuchara que lo comprobó dos veces, se descolgó por el quicio de la ventana y salió bien ligerito hacia Baldur. Al final fue un final feliz, como muchos que ha tenido este desvergonzado Bardo.. especialmente con las damas de Faerûn. Y esto es lo que podemos contar de Paco hasta ahora, y de él podemos decir que aunque su alocada cabeza termina llevándole a las situaciones más insospechadas, tiene buen corazón.



Shevriknatural de Halruaa, nacio y crecio en el seno de una familia (los Faleyed) dedicada a las artes arcanas y devotos de Mystra fue educado para seguir los pasos de su poderosa madre Titteanne dado sus sorprendente capacidad intelectual; para sorpresa de sus padres Shevrik no se vio poderosamente atraído por esta cultura sino por una casi secreta devoción por la adivinación y por el Dios Savras, Dios menor Deidad que no estaba realmente bien vista en su ciudad, pero que según las lecturas y los principios básicos era el Dios que más le apasionaba y por el que debe sus votos; hasta la fecha actual.
 
De personalidad Shevrik es una persona especial; esa especialidad ha marcado sus relaciones sociales que son prácticamente nulas y eso a ahondado su personalidad; y no porque no sea una persona enigmática, atrayente y con un halo de misterio ciertamente atractivo... sino por su falta de sentimientos... más que de sentimientos de mostrar sentimientos; nunca se le ve hacer muecas ni mostrar nervios, ni prisa, ni amor, ni risas... De ahí su apodo Shevrik "la estatua". En la ciudad muchos creen que está loco y dicen que sus palabras no tienen que tomarse en cuenta... Lo que no saben ni entienden es que esas frases son predicciones: hechos del futuro.

De pequeño, y gracias a sus dotes y su madre principalmente, fue reclutado para la escuela de pródigos para aprender, pese a los esfuerzos de su madre, el conocimiento de los Dioses, de la Religión y pese a no poder visitar templo dedicado a Savras, rezarle y dedicarle sus plegarias y su devoción. En la escuela de los prodigios se encargaba de la biblioteca, así aprendió el oficio que, además, le daba tiempo para el estudio y cultivar su sabiduría.

Shevrik en si es bastante inexpresivo, casi siempre serio y moderado en sus expresiones de sentimiento. La piel que se puede ver de Shevrik es una piel muy dañada por un ataque de insectos que dejaron secuela para siempre. Sus ojos también fueron dañados en ese incidente y se quedó ciego. En apariencia los ojos carecen de iris y tienen un color uniformemente fantasmagórico. En ocasiones usa gafas oscuras para ocultar su incapacidad.

Originario de Halruaa, la casa de los prodigios le acogió y confió en el por sus dotes de adivinación. Esa misma casa le dio la vara para que pudiera ver a través de ella y paliar sensiblemente esa incapacidad de visión. Ferviente seguidor de Savras, promulga su palabra allá donde va. Su sueño es levantar un templo en el mismo Halruaá. Sabedor de la relación que tiene ese pueblo con la adivinacion, piensa que Mystra puede adivinar el futuro correctamente y puede ser una fuente fiable, pero Savras vive en el futuro y cuenta las cosas que actualmente ve, eso le hace más fidedigno aun para esa tarea; simplemente hay que estudiar y analizar los canales de comunicación entre el mundo del presente con el entorno de Savras, y a eso dedica su estudio, y sabe que poco a poco va consiguiendo una comunión más cercana con su Dios. Hambriento también de otras culturas y conocimientos, actualmente está enfrascado en una misión crucial que le monopoliza, convencido de que no hay tiempo que perder y que hay que poner toda la carne en el asador.

Convencido de hacer el bien a los demás porque su Dios así lo quiere y porque el bien de su ciudad y del resto de los compañeros que también luchan por el bien. Apenas es detectable cuando lanza ciertos hechizos, es muy bueno disimulándolos, ya que ha practicado mucho la comunicación con su Dios, evitando de esa manera un comportamiento escandaloso que otros no pueden evitar. Su puente fuerte son los reflejos ya que parece que intuye el peligro y que muchas veces se huele la tostada antes de que aparezca. No es raro verle indemne de alguna trampa ya que como él dice “esto estaba cantado”; tampoco es raro verle tomando decisiones arriesgadas y alocadas, demostrando posteriormente que eran las correctas; ganando así cierta credibilidad entre los prodigios.



De niño su matrimonio estaba pactado con Sephina, perteneciente a una afamada familia mística especializada en el ilusionismo, pero Shevrik saltándose las normas preestablecidas y siguiendo los dictados de su cerebro renegó de ese matrimonio a escasas fechas de consumarse. Tal acto desencadeno en una amarga relación de enemistad entre familias (los Faleyed Vs. los Samneidit) y a una cruel venganza consumada por el hermano y el padre de la despechada (Crusant Samneidit y Térvolas Samneidit) que tras paralizar a Shevrik lo metieron en una cueva en las afueras de la ciudad, para que se las tuviera que ver una familia de osos que habitaban ahi. Shevrik, preparado pues ya se temía esta reacción por parte de los Samneidit pudo escapar de los osos que allí habitaban, pero no con un enjambre de abejas particularmente dañina, que no tuvieron piedad con él y le picaron por todo el cuerpo, dejándolo ciego y con la piel destrozada para toda la vida. Al ser uno de los alumnos predilectos de la escuela de prodigios, se le otorgo una vara (Freesight) con, entre otros, el poder de ver como si tuviera ojos al contacto con ella.

Como éste incidente, Shevrik ha tenido un monton de problemas con mucha gente por su carencia somática, pese a que sus profesores ven en él un potencial terrible y lo consideran: extraordinariamente sensato, objetivo, reflexivo y capaz. Siempre acompañado y a mano de su vara. Vara larga y que desemboca en una curiosa bola de cristal repleta de “ojos vivientes”. Estos ojos son expresivos, así que cuando dependiendo de la situación los ojos expresan miedo, sufrimiento, concentración, alegría, etc.




Svira, es natural de las peligrosas junglas de Chult, su origen es tan enigmático como las mismas junglas pero se sabe que ha dedicado su corta vida a la búsqueda de lo que causo la perdición de su culto. Aventajada guerrera espiritual ahora lleva mucho tiempo al servicio de Halruaa prácticamente desde el comienzo de las visiones de Zalathorn y la creación de los prodigios incluso antes que su actual tutor Hassem, actual tutor de su grupo. El anterior tutor de Svira y todos sus compañeros (un magoabjurador/guerrero elfo llamado Anmarel) desaparecieron en una misión en los interiores de Chult asaltados por los caminantes de las sombras. ¿Que hacían allí? Es algo que Svira trata de averiguar.



Svira fue a virir a la capital de Halruaa, Halarath. Durante un tiempo estuvo haciendo misiones de escolta a un alto clérigo dweomekeeper de Mystra acompañada de otros prodigios pero las últimas visiónes la acercaron a Aguasprofundas y Siempreunidos donde finalmente encontró información valiosa relacionada con la desaparición de su culto.
Al parecer el culto de Shar se expandió peligrosamente entre las ciudades estado de Chult, las cuales han iniciado negociaciones con Halruaa para averiguar qué intereses puede tener Shar en Chult. Algunos magos de la región empezaron a tener la sospecha que podría haber una antigua magia de los elfos de la jungla que protegía unas tumbas ancestrales que ha podido ser corrompida por la sombra para fines que aún se tienen que esclarecer..
  • Te he llamado antes de lo previsto porque esa zorra de las sombras pretende arrebatarme lo que me pertenece
  • Señor no sé de qué habla. Le conteste mientras intentaba sin éxito hallar un lugar donde esconderme.
  • Hablo de Shar, pero hagamos las cosas en el orden correcto. Arrodíllate ante mí y júrame fidelidad.
  • Baje la mirada al suelo y me puse a juguetear con mis manos como si no le oyese.
  • ¡Estas sorda! bramo ¡Soy Mefistofeles!¡tú dios! y llevo siglos esperando el recipiente adecuado. Júrame lealtad y te daré el poder para someter tu plano a mi voluntad.





Toichinao,  Es un samurái de Shou-Lung que llevaba años al servicio del Aprendiz de Elistae Wu Chu-Yiang, realizando misiones diplomáticas para el poderoso mago a menudo relacionadas con los entresijos de la nobleza del imperio. Su código de honor es tan férreo como sus dotes de diplomacia y si alguna vez le fallan.. Dispone de otros medios más contundentes para ganar una negociación.
  
 




Drinade, Soy Drinade Puño Luminoso maestra de la senda sublime de la espada, fundadora de los caballeros místicos del loto y portadora de las llamas del infierno. A mis 78 años me preparo para mi última cruzada, la muerte. Esa antigua conocida que me guiara a la ciudad de los muertos donde se disputaran mi alma Mefistofeles duque de Cania, Shar Señora de la noche y otros agraviados menores que carecen de importancia ante los ya citados. Aunque quien sabe, quizá tenga suerte y acabe formando parte del muro de la ciudad, como el resto de almas que decidieron no arrodillarse ante ningún Dios, y pasar al olvido eterno.

Me han conocido por muchos nombres y me han atribuido muchas hazañas que nada tuvieron que ver conmigo. Si este relato debe dejar constancia de mis actos, debemos comenzar por el principio, aclarando quien soy en realidad.

Contrariamente a la creencia popular nunca realice pacto alguno con un morador de los planos inferiores ni me sentí atraída por la magia oscura o el poder. Más bien, mi vida trascurrió como la de cualquier hija de granjeros que anhelaba entrar al servicio de Ilmater. Siempre desee llevar esas bonitas túnicas finamente bordadas y tener esas manos tersas e impolutas por no haber tenido que trabajar el campo. Desde mi perspectiva sus sacerdotisas eran auténticas diosas.

A diferencia de mis anhelos mis padres nunca les dieron gran importancia a los Dioses, de hecho, nunca se casaron. No consideraban necesario comunicar su unión a ningún gobierno ni Dios. Preferían una vida discreta y sin complicaciones.

Yo era la tercera de los cinco hijos que había dado a luz mi madre. Puesto que a mis seis años no era lo suficientemente fuerte como para trabajar en el campo, me encargaba de cuidar un pequeño rebaño de ovejas. Más que un trabajo se trataba de un juego. Acompañada de mi fiel Marlo, el mejor perro pastor que ha existido jamás, todos los días desempeñaba la misma rutina. Tras salir de casa, conducíamos al rebaño hasta un verde prado, próximo a la granja, rico en tréboles y lavanda. Mientras las ovejas pastaban me dedicaba a corretear, tumbarme y embriagarme de los olores de la naturaleza. Algunas veces exploraba brevemente los aledaños a un bosque cercano y tras almorzar me dormía en la tupida hierba, arropada por el sol antes de volver a casa y dejar a las ovejas en el redil.

Una tarde, mientras estaba durmiendo, tuve una extraña pesadilla. Sentí como si callera atravesando el suelo a gran velocidad, hasta que solo veía a mí alrededor oscuridad. Llegado el momento empecé a ver el prado y el bosque, pero era diferente, amenazador, cambiante y envuelto en sombras ¡todo eran sombras!. A la velocidad que me desplazaba pronto quedo atrás el prado, el bosque y todo elemento que me pudiese servir de referencia. Tras atravesar una especie de portal volví a caer ¿o a subir? no sabría muy bien describir la sensación. Seguí viajando por ese agujero negro hasta que fui a dar con mis huesos en el suelo. ¡Un suelo de hielo! Pensé, y tras incorporarme pude apreciar que me encontraba en un castillo fundido con un glaciar del hielo más frio que había sentido jamás. Al fondo del salón reclinado sobre una gran mesa de hielo se encontraba una figura humanoide, roja, de pelo negro, barba de chivo y ojos en llamas. A su espalda un enorme pebetero con una increíblemente brillante llama. La criatura me miro primero extrañada y después como si me reconociese me dijo:
¿Mefis quién?¿un señor tan feo un dios?¿ no sé qué de un plano?¿de qué habla este individuo tan raro? pensé. Levante la vista y al ver que el fulgor se sus ojos se estaba incrementando me di la vuelta y corrí, corrí como nunca lo había hecho en mi vida. Corrí hasta que me desperté y por el sudor que me envolvía parecía que realmente hubiese estado corriendo, pero  aun así estaba helada, como si el hielo de la pesadilla se negara a soltarme.

 

Los siguientes quince días los pase en cama entre altas fiebres y delirios. En ese estado vislumbre ciudades enteras de demonios, almas condenadas y criaturas torturadas y mutiladas. Me movía entre ellos, pero ninguno percibía que me encontrara allí salvo el habitante del glaciar, al que tras ver siempre me despertaba murmurando la misma frase “criatura insignificante conoce tu lugar”.

Cuando paso la fiebre la situación no mejoró, seguía teniendo constantes pesadillas y una sensación extraña en mi interior. Aunque intentaba aparentar normalidad vi en un par de ocasiones a mis padres cuchichear y mirarme de reojo, lo que hacía que me sintiese más cómoda fuera de casa.

La última vez que dormí en el prado, y con ello puse fin a mi infancia prematuramente, me desperté relajada, la extraña sensación había desaparecido. Abrí los ojos y comprendí que las visiones que había tenido no eran solo pesadillas. Me encontré en el centro de una circunferencia de terreno abrasado, y todas las ovejas estaban muertas o habían desaparecido. Pero lo peor fue comprobar que Marlo estaba en tensión y me mostraba los dientes de modo amenazante, cortándome el paso hacia la granja. Había descubierto, al mismo tiempo que yo, que ya no era la niña con la que jugaba, sino una amenaza para sus amos, mi familia. Con los ojos cubiertos de lágrimas me di la vuelta y me dirigí al interior el bosque y en el estuve caminando durante días hasta que encontré un cueva donde refugiarme.




Welverine, No es común ver drows en Aguas Profundas , Welverine lo tuvo difícil en su juventud pero demostró grandes cualidades para la magia que fueron rápidamente observadas por las escuelas de magos. No tardo en abrirse camino en la difícil ciudad hasta convertirse en uno de los agentes más jóvenes de los lores. Paciente y precavido tiende a analizar bien una situación antes de actuar lo que suele darle una alta probabilidad de éxito. 




Guille, Este extraño githzerai busca iluminar los mas oscuros y recónditos lugares de los Reinos y de todos los planos, su devoción es inquebrantable  y , aunque ha llegado al ojo del huracán en extrañas circunstancias, parece tener muy claro que el mundo tal y como se conoce ahora dependerá de que siga siéndolo si tienen éxito en sus misiones.
(Historia en proceso.. )

 




Lex, Un halfling pilluelo de Luiren. Acostumbrado a la vida del negociante de los bajos fondos Lex siempre tuvo todo tipo de comodidades obtenidas con los beneficios obtenidos por sus extraordinarias habilidades como comerciante y en determinadas ocasiones en las que era necesario .. como ladrón y embaucador.  Luiren , vecino de Halruaa, se empezó a ver seriamente afectado con los últimos acontecimientos, los caminantes de las sombras estaban obteniendo una gran influencia en la enemiga y vecina nación de Dambrath y la economía de Luiren se vio gravemente afectada. Cuando Halruaa le ofrecio un puesto como prodigio Lex no solo vio una oportunidad de enriquecerse si no también la única forma de evitar la desaparición de su queridísimo hogar.
 


Entre sus gestas más destacadas esta aquella en la que en una ocasión llego a tragarse una poderosa y enorme gema para protegerla de sus captores.. como la recupero posteriormente es algo que contaremos con más detalle en otra ocasión.