U-Grukk y Aliira. Aliira era una niña Fey’ri nacida de una súcuba y un
desconocido elfo solar noble. Misteriosamente liberada por la Mansión en
la toma de la Fortaleza de PuetaInfierno en 1369 DR, fue educada y entrenada
como niña prodigio, antes de que su lado demoníaco se liberara, por las
sacerdotisas de la capilla de Mystra en la Mansión. Tras su formación, fue
enviada por la propia Mansión sola a la Fortaleza de la Puertainfierno para
conseguir algo importante para sus misteriosos fines: ella era la única
prodigio capaz de entrar en la Fortaleza pasando desapercibida y con memoria de
sus lúgubres pasillos. La misión suicida fue cumplida siendo perseguida durante
dos años por U-Grukk y su patrulla Tanarukk de Puertainfierno, instruido por su
padre Gruk el “Terrible”, Señor Tanarukk de las huestes de los subterráneos de
la Fortaleza infernal, todavía infestados y pseudo-gobernados por algunas de
las Marilith y Señores Lich supervivientes de la destrucción de la fortaleza.
En su obsesiva persecución U-Grukk recorre
todos los reinos tras Aliira, influenciado por un piadoso Decébalus, un
explorador que habían secuestrado, chantajeado y obligado a guiarles hasta la
esquiva prófuga, que se negaba desesperadamente a conducir a la pérfida
patrulla vigilada por los Lich a su querida Mansión y a sus hermanos y hermanas
prodigio. Decébalus consigue hacer aflorar, al estar lejos de la fortaleza, el
lado humanoide de U-Grukk, y este acaba locamente enamorado de Aliira, y ella
de él, puesto que ambos comparten un lado demoníaco anárquico que les provoca
una extraordinaria atracción sexual y emocional.
U-Grukk, en su desesperado periplo comete
fallos deliberados para no llegar a apresarla, pero no es muy inteligente en
sus maniobras pese a la sabia guía de Decébalus. Cuando la patrulla empieza a
sospechar, el explorador interviene sabiamente ayudando y convenciendo a
U-Grukk, y confabulándose con Aliira, para convertir una supuesta
escaramuza a la Fey’re en una encerrona a la propia patrulla. En un combate
épico ésta es aniquilada, salvo el demonio Kammar, disfrazado como mago
no-muerto y lugarteniente en la ya condenada partrulla, el cual consigue huir
por medios mágicos de transporte. El mismo Kammar avisa por medios mágicos a
sus señores, y consigue reclamar la atención en la más oscura de las profundos
salones de la Fortaleza de Puertainfierno. El Señor Lich y la Marilith madre de
U-Grukk entran en cólera ante la traición de su más joven hijo, y lanzan una
terrible maldición a los enamorados en el mismo momento que estos, al derrotar
a sus secuaces en un cruce de caminos, se van a dar su primer beso.
Son convertidos en una estatua de
obsidiana, fundidos en un apasionado abrazo de amor, pero Aliira clama a su
Señora en ese terrible instante que ha llamado la atención de la misma Sune,
protectora de los enamorados. Mystra observa el desenlace y, presionada por
Sune, su estrecha aliada, debe intervenir y alterar el tejido mágico para que
no mueran los desafortunados amantes. Pero no queriendo enfadar a los Dioses de
la muerte y a los oscuros Demonios que asimismo observan a la casi pétrea
pareja, y dificultando además el hecho de que sean localizados por el enemigo,
los deja condenados a nunca poder verse y a protegerse mutuamente, cambiando
ambos de forma de tal manera que cuando uno es una figurilla de mármol,
quedando su alma atrapada en el plano de CorazónAura en la torre de Mystra, el
otro cobra forma carnal en Faerun. Tan sólo un diario mágico comenzado por
Aliira les une en una triste pero afortunada existencia, una historia que está
por escribir...
Himsul, Conocía bien la
ciudad, lo que no significaba que le gustase. No había cambiado mucho desde su
última visita, salvo por la nueva muralla que rodearía el barrio exterior
cuando estuviese terminada. Contempló,tan asombrado como la primera vez, la
maravilla que se presentaba ante sus ojos; los muros que separaban los
distintos barrios, las cúpulas doradas de los palacios, los cientos de minaretes,
blancos como marfil, que e elevaban hasta arañar el cielo, los jardines de las
mansiones de los mercaderes y, más abajo, los bazares y las casas más humildes,
que formaban un sinuoso laberinto de calles estrechas que desembocaban en
plazas de mil tamaños. Desde allí también podía ver las arenas de combate, dos
moles gemelas capaces, cada una, de albergar en su interior a todos los
habitantes de Halaraah. Y, dominándolo todo, la inmensidad del zigurat del
Pasha, con sus jardines colgantes. Pero Puerto Calim no se conformaba con
aparecer majestuosa ante la vista. La música de los espectáculos callejeros se
mezclaba con los gritos de los comerciantes ofreciendo sus mercancías, el
sonido de los cascos de las bestias y el traqueteo de los carros, el ruido
de las peleas y el sordo ronroneo de miles de conversaciones que ahogaba,
incluso, el rítmico batir de las olas contra los farallones del puerto. Aunque
si algo era capaz de cautivar al viajero que llegaba a la ciudad por primera
vez era su aroma. Una dulzona mezcla de especias, comida de los puestos
ambulantes y sudor de esclavos. La primera vez que lo olió le pareció
embriagador. Pero ahora era más viejo y su olfato más fino, podía percibir el
tufo de la traición, la corrupción y la muerte por debajo de las demás
fragancias. Esta ciudad no es más que una puta enjoyada vestida de seda, pensó.
Una puta retorcida y peligrosa.
La puerta se cerró cuando las primeras
lágrimas comenzaban a correr por el pálido rostro de la mujer. La Madraza de
los Tres Califas había conocido días mejores, el revestimiento de mármol se
había desprendido de buena parte de la fachada, y es resto estaba sucio y
carcomido por el salitre de la brisa marina. Un gran arco de piedra,
minuciosamente decorado con tallas geométricas, franqueaba la entrada al patio
enlosado, alrededor del cual se encontraba un enorme edificio que hacía las
veces de escuela, comedor y templo. Se encontraba en el barrio más pobre de
Puerto Calim y se dedicaba a la caridad. Permanecía abierta de día y de noche,
así que muchos indigentes utilizaban su patio como dormitorio, pensando que tal
vez sus muros los protegerían de los peligros de la oscuridad. Seren le había
dicho que aquí podría encontrar al muchacho, Himsûl, lo había llamado ella. Ya
no era un esclavo, según le había contado, ahora vivía en las calles.
Mendigando, o hurtando lo necesario para comer y acudiendo a la madraza para
descansar.La medio elfa le había hablado mucho de él, había sido un niño dulce
y obediente, más preocupado por la lectura y los números que por los juegos
propios de su edad. Era risueño y se llevaba bien con sus hermanos y con los
criados. Siempre generoso en su afecto. Sentía devoción por su padre y se
interesaba por todos sus negocios con una madurez impropia de su corta experiencia.
Pero era su madre con la que compartía más confidencias. Mantenían largas
conversaciones, disfrutaban especialmente hablando en el idioma de su abuelo.
Le encantaba escuchar antiguas canciones y relatos de la nación élfica y a
veces fantaseaba con ser un sabio maestro del arte, tan poderoso como los reyes
de Cormanthor. Tan grande era su fascinación que Seren comenzó a llamarle
Elgon, el que sueña con el pasado. La historia contada es solo un comienzo de
todo lo que moldeo a Himsul durante años, lo importante después de todo es que Himsul
aprendió de su pasado.. y se convirtió en un aventurero con ansias de cambiar
el mundo, evitar que siguiera siendo lo que es … y ayudar al progreso de
civilizaciones justas como Halruaa en constante búsqueda de hacer un Toril
mejor.
Fránsico, natal de la vetusta
ciudad de Neverwinter, al norte de la Costa de la Espada. Sus padres eran dos
mercaderes dedicados a la empresa de la fabricación y venta de plumas mágicas
para escribir, más comúnmente conocidas como blumígrafos. Como al parecer el
negocio de los blumígrafos no era lo suficientemente rentable, (avisados
estaban de que los magos son muy conservadores a lo que a éstos temas se
refiere) decidieron ampliar su negocio al campo de la conservación de productos
alimenticios. Pusieron en marcha una sofisticada estrategia comercial, junto
con cada ración de carne seca, obsequiaban un blumígrafo. Desgraciadamente la
mayoría de clientes que compraban sus mercancías ni siquiera sabían leer ó
escribir, siendo el destino de la mayoría de éstos aparatos para la escritura
yacer en el fondo de algún cajón. Como la carnicería les fue bastante mejor
decidieron concebir un hijo, y tras los esfuerzos que esto conlleva Paco llegó
a Faerûn.
Daremos un pequeño salto en la vida de
Paco, sabido es que en los primeros años de vida el único interés de la persona
es tetar y dormir (aunque en el caso de Paco se puede decir que después de tres
décadas poco ha cambiado). A la tierna edad de siete años, las artes sociales
de Paco comenzaban a despuntar. No era raro verlo corretear por el mercado
rodeado de un grupo de niñas. Los demás chavales, (quizá por envidia quién
sabe) lo tachaban de rarito, nada más lejos de la realidad puesto que las traía
a todas locas. Pero no solo de halagos vive el hombre y las laminerías no se
pagan con cuatro palabritas bien dichas, por muy mono que fuera el niño. El
hambre hace la necesidad, aunque en éste caso se trate de gula, y el chaval se
las ingenió para hacerse con unos cuantos cobres que pagaran sus dulces deseos.
Zorro como el sólo se fabricó un rudimentario instrumento de cuerda capaz de
reproducir cuatro notas, afinado a oído. Observaba el tránsito del mercado,
para saber cuales eran las esquinas donde pasaba más cantidad de gente. Tras
encontrar el lugar idóneo, se plantaba en el a tocar musiquilla y hacer
monerías a los caminantes que pasaban. En la mayoría de ocasiones era apartado
a empujones por transeúntes que no querían saber nada de mendicidad, pero como
dice el refrán, el neverwintero (ó neverwintense) tozudo saca cuscurro, el niño
no cejó en su empeño hasta que terminó montándose una fiesta de pasteles y
tartas con todas sus amiguitas.
Llegados sus doce años, Paco estaba hecho
todo un galán, conquistador y geta. Ya llevaba a sus espadas un número
considerable, para su corta edad de balcones escalados, inocentes jovencitas
conquistadas y precipitadas huidas con las calzas a media pierna. Además el
mozuelo era conocido en las tabernas de todo Neverwinter, incluidas las de más
cuestionable reputación, donde las cervezas no iban acompañadas con una mosca
dentro de la jara sino con una lagarta detrás de ella.
Sus padres, que aunque no eran muy listos
andaban bien de vista se dieron cuenta que su hijo caminaba por una vía
adoquinada hacia los planos caóticos, como cantaban unos populares bardos de
por aquel entonces que se hacían llamar AC/DV (Arcano/Divino, uno de ellos era
especialmente hábil con su laúd mágico). De ésta forma decidieron que su hijo
tenía que lograr algo más en la vida que hacer el paripé por las calles de la
ciudad. Una mañana como otra cualquiera de las que Paco llegaba a casa después
de una noche de parranda, le esperaban sus padres en la puerta con las maletas
hechas y un pergamino de ‘inmovilizar persona’ (de esos que llaman ‘para uso
por muñecos de entrenamiento’) y lo mandaron en un carruaje ex proceso a una
universidad de magia en Aguas Profundas.
Paco estaba algo confuso, los primeros
días fueron extraños, al fin o al cabo se trataba de una ciudad nueva, nuevas
gentes, una enorme escuela de magia... Pero Paco, lejos de hundirse, y
recordando las sabias palabras de su difunto abuelo “al mal tiempo buena
jarra”, (o cara, el hombre tenía un defecto en el habla) Y con ese refrán como
estandarte volvió a sus andadas de taberna en taberna y balcón en balcón, con
nuevas caras, cervezas y mozas. Antes de lo que canta una cocatriz Paco estaba
saltando el muro que cercaba la universidad y corría hacia una taberna con su
pandereta y laúd a cuestas.
Empezaron a sucederse las noches de juerga
y las ausencias a clase, luego terminó el trimestre, y el siguiente, acabó el
curso, y el siguiente, y el siguiente y de ésta forma, cerveza en cerveza y
curso a curso llegó el treinta cumpleaños de Paco, y seguía en el primer grado
de aprendiz. Los profesores no sabían que hacer con el, pero tampoco hizo falta
tomar medidas apresuradas, pues un día desapareció, lo único que dejó atrás era
una nota en la que podía verse escrito “Me voy a conocer mundo, no me esperen
despiertos”.
Viajó lejos, muy lejos. Salió lleno de
ilusiones, lugares que visitar y gentes que ver.
Una noche ya cerca de las puertas de
Baldur, después de pasar toda el día de caminata, yacía sentado en el duro
banco de una posada. Pero no había cansancio que pudiera con él cuando la
naturaleza llamaba bajo sus calzas. Se incorporó y estiró el cuello todo lo que
pudo, porque... ¡bendito Tyr! al otro lado de la posada había visto una larga y
ondulada melena, dorada como el sol, al tiempo que se dio cuenta de que entre
la frondosa cabellera asomaban dos orejas puntiagudas. Aunque hubiera querido
no podía abrir más los ojos, nunca había visto una elfa, es más, ¡nunca había
seducido a una elfa! y Paco consideraba que ya era hora de poner fin al desconocimiento
de como amaban las elfas. Paco se levantó decidido, y disimuladamente recolocó
su paquete, como él sabía ponerlo para aparentar más. Con paso firme comenzó su
aproximación esquivando borrachos y mesas hacia la esbelta figura, que
enfundada en una sugerente armadura de cuero tachonado permanecía sentada de
espaldas. La boca se le iba haciendo agua conforme andaba (si solo hubiera sido
la boca...), veía su delicada mano agarrando la jarra cuando la levantaba para
beber “no será lo único que levantes esta noche” pensaba calenturiento mientras
acortaba la distancia con lo inevitable. No eran más de dos palmos lo que les
separaba, Paco punteó algunos enrevesados acordes con su laúd y con la
musicalidad que otorga el alcohol y la mala vida entonó algunas palabras
-¿Quieres que te ‘toque’ algo?- la elfa se volvió de sopetón.
Durante unos segundos reinó el silencio,
el espacio entre ambos se tensaba tanto que parecía hacerse material. Paco
había perdido la respiración, no podía hablar después de ver su rostro, sus
miradas se clavaban mutuamente, afiladas como puñales.
-Eres... eres.... ¡eres un hombre!
-Un hombre que te va a dar una paliza.-
Dijo amenazante el elfo.
-¡Amigo! no me malinterpretes, yo solo te
he preguntado si querías escuchar algo de buena música y quizá historias de
valerosos héroes.
-El único valor que hay aquí es el de tu
estupidez, ¿te me estás insinuando?- Dijo el andrógino varón clavando una
ornamentada daga sobre la mesa.
-¡En absoluto! Ja... ja... jaaaa....
¿que malentendido tan gracioso verdad? ¡Hagamos una cosa!- dejó el laúd en
el suelo -¡Te invito a una cerveza!- Paco corrió a la barra, desesperado por
salir airoso del aprieto y de paso no ser rajado por un elfo afeminado.
Fueron una, dos, tres cervezas, Paco había
escuchado que los elfos no tenían mucho aguante bebiendo, pero este se las
bebía como el agua. Cuatro, cinco, seis cervezas, Paco empezaba a ver doble,
siete, ocho... el elfo seguía tieso como un pirulí. Paco ya perdió la cuenta de
cuantas llevaban -¡Oe amijo elpo!- dijo nuestro vividor protagonista a duras
penas, -Pero tu... ¿dojde apredijte a beber ají?- El elfo, algo
contento, pero aún conservando algo de serenidad soltó una sonora risotada -Me
crié entre los enanos- y le echó otro trago largo a la jarra que llevaba en la
mano afirmando lo dicho. -¿Enanoj? nunja he vijto ninjuno. Pero tu, amijo elpo,
¡erej el mejor elpo que he vijto jamáj!- (cabe recordar que era el primer elfo
que había visto en su vida) Paco rodeó al elfo con el brazo -¡Erej mi mejor
amijo! ¡Brindemoj todoj a la jalú de mi amijo elpo!- Obviamente nadie le
hizo caso. Varias jarras después Paco se despertó en una de las
habitaciones de la posada con un horroroso dolor de cabeza.
Discutiéndose moralmente si continuar el
camino o dejarse morir de asco en aquel catre se acurrucó un poco más entre las
ásperas sábanas (¡qué suerte una cama con sábanas!), le pareció golpear algo
duro con el pié, pero no le dio importancia. Se encontraba muy bien y calentito
allí sin nada de qué preocuparse, a excepción de la molesta resaca. Llevaba un
rato de lado y le empezaban a doler las costillas, era momento para cambiar de
postura. Al voltearse boca arriba su mano topó con algo de tacto suave y
templado. ¿Una bolsa de agua caliente? Paco no recordaba haber subido una bolsa
de agua caliente, a decir verdad no recordaba nada después de la enésima
cerveza. “Que agradable dormir con una bolsa de agua caliente” pensó, “no sé cómo
no lo he hecho antes”, se acurrucó un poco más, pero empezaba a coger frío.
Entonces tuvo la magistral idea de abrazar la bolsa de agua, y al darse la
vuelta para aferrarse más a ella se percató de que era anormalmente grande.
Palpó entre las sábanas para encontrar algo más calentito y blando,
y... ¡con pelo! De un brinco salió de la cama para descubrir en el
recién abandonado lecho al elfo de la noche anterior, durmiendo a pierna
suelta... ¡y desnudo!. Traumatizado por la duda de que había ocurrido
esa noche se aguantó un par de arcadas. Sin pensarlo dos veces, corriendo se
enfundó en sus vestimentas, todo lo silencioso que pudo para no despertar al...
bueno, al elfo. Una vez asegurado de que llevaba todas sus pertenencias,
incluida su daga planar y la cuchara que lo comprobó dos veces, se descolgó por
el quicio de la ventana y salió bien ligerito hacia Baldur. Al final fue un
final feliz, como muchos que ha tenido este desvergonzado Bardo.. especialmente
con las damas de Faerûn. Y esto es lo que podemos contar de Paco hasta ahora, y
de él podemos decir que aunque su alocada cabeza termina llevándole a las
situaciones más insospechadas, tiene buen corazón.
Shevrik, natural de Halruaa, nacio y crecio en el seno de una familia (los Faleyed)
dedicada a las artes arcanas y devotos de Mystra fue educado para seguir los
pasos de su poderosa madre Titteanne dado sus sorprendente capacidad
intelectual; para sorpresa de sus padres Shevrik no se vio poderosamente atraído
por esta cultura sino por una casi secreta devoción por la adivinación y por el
Dios Savras, Dios menor Deidad que no estaba realmente bien vista en su ciudad,
pero que según las lecturas y los principios básicos era el Dios que más le
apasionaba y por el que debe sus votos; hasta la fecha actual.
De personalidad Shevrik es una persona
especial; esa especialidad ha marcado sus relaciones sociales que son prácticamente
nulas y eso a ahondado su personalidad; y no porque no sea una persona enigmática,
atrayente y con un halo de misterio ciertamente atractivo... sino por su falta
de sentimientos... más que de sentimientos de mostrar sentimientos; nunca se le
ve hacer muecas ni mostrar nervios, ni prisa, ni amor, ni risas... De ahí su
apodo Shevrik "la estatua". En la ciudad muchos creen que está loco y
dicen que sus palabras no tienen que tomarse en cuenta... Lo que no saben ni
entienden es que esas frases son predicciones: hechos del futuro.
De pequeño, y gracias a sus dotes y su
madre principalmente, fue reclutado para la escuela de pródigos para aprender,
pese a los esfuerzos de su madre, el conocimiento de los Dioses, de la Religión
y pese a no poder visitar templo dedicado a Savras, rezarle y dedicarle sus
plegarias y su devoción. En la escuela de los prodigios se encargaba de la
biblioteca, así aprendió el oficio que, además, le daba tiempo para el estudio
y cultivar su sabiduría.
Shevrik en si es bastante inexpresivo,
casi siempre serio y moderado en sus expresiones de sentimiento. La piel que se
puede ver de Shevrik es una piel muy dañada por un ataque de insectos que
dejaron secuela para siempre. Sus ojos también fueron dañados en ese incidente
y se quedó ciego. En apariencia los ojos carecen de iris y tienen un color
uniformemente fantasmagórico. En ocasiones usa gafas oscuras para ocultar su
incapacidad.
Originario de Halruaa, la casa de los
prodigios le acogió y confió en el por sus dotes de adivinación. Esa misma casa
le dio la vara para que pudiera ver a través de ella y paliar sensiblemente esa
incapacidad de visión. Ferviente seguidor de Savras, promulga su palabra allá
donde va. Su sueño es levantar un templo en el mismo Halruaá. Sabedor de la relación
que tiene ese pueblo con la adivinacion, piensa que Mystra puede adivinar el
futuro correctamente y puede ser una fuente fiable, pero Savras vive en el
futuro y cuenta las cosas que actualmente ve, eso le hace más fidedigno aun
para esa tarea; simplemente hay que estudiar y analizar los canales de
comunicación entre el mundo del presente con el entorno de Savras, y a eso
dedica su estudio, y sabe que poco a poco va consiguiendo una comunión más
cercana con su Dios. Hambriento también de otras culturas y conocimientos,
actualmente está enfrascado en una misión crucial que le monopoliza, convencido
de que no hay tiempo que perder y que hay que poner toda la carne en el asador.
Convencido de hacer el bien a los demás porque
su Dios así lo quiere y porque el bien de su ciudad y del resto de los
compañeros que también luchan por el bien. Apenas es detectable cuando lanza
ciertos hechizos, es muy bueno disimulándolos, ya que ha practicado mucho la
comunicación con su Dios, evitando de esa manera un comportamiento escandaloso
que otros no pueden evitar. Su puente fuerte son los reflejos ya que parece que
intuye el peligro y que muchas veces se huele la tostada antes de que aparezca.
No es raro verle indemne de alguna trampa ya que como él dice “esto estaba
cantado”; tampoco es raro verle tomando decisiones arriesgadas y alocadas,
demostrando posteriormente que eran las correctas; ganando así cierta
credibilidad entre los prodigios.
De niño su matrimonio estaba pactado con
Sephina, perteneciente a una afamada familia mística especializada en el
ilusionismo, pero Shevrik saltándose las normas preestablecidas y siguiendo los
dictados de su cerebro renegó de ese matrimonio a escasas fechas de consumarse.
Tal acto desencadeno en una amarga relación de enemistad entre familias (los
Faleyed Vs. los Samneidit) y a una cruel venganza consumada por el hermano y el
padre de la despechada (Crusant Samneidit y Térvolas Samneidit) que tras
paralizar a Shevrik lo metieron en una cueva en las afueras de la ciudad, para
que se las tuviera que ver una familia de osos que habitaban ahi. Shevrik,
preparado pues ya se temía esta reacción por parte de los Samneidit pudo
escapar de los osos que allí habitaban, pero no con un enjambre de abejas
particularmente dañina, que no tuvieron piedad con él y le picaron por todo el
cuerpo, dejándolo ciego y con la piel destrozada para toda la vida. Al ser uno
de los alumnos predilectos de la escuela de prodigios, se le otorgo una vara
(Freesight) con, entre otros, el poder de ver como si tuviera ojos al contacto
con ella.
Como éste incidente, Shevrik ha tenido un
monton de problemas con mucha gente por su carencia somática, pese a que sus
profesores ven en él un potencial terrible y lo consideran: extraordinariamente
sensato, objetivo, reflexivo y capaz. Siempre acompañado y a mano de su vara.
Vara larga y que desemboca en una curiosa bola de cristal repleta de “ojos
vivientes”. Estos ojos son expresivos, así que cuando dependiendo de la situación
los ojos expresan miedo, sufrimiento, concentración, alegría, etc.
Svira, es natural de las peligrosas junglas de
Chult, su origen es tan enigmático como las mismas junglas pero se sabe que ha
dedicado su corta vida a la búsqueda de lo que causo la perdición de su culto.
Aventajada guerrera espiritual ahora lleva mucho tiempo al servicio de Halruaa prácticamente
desde el comienzo de las visiones de Zalathorn y la creación de los prodigios
incluso antes que su actual tutor Hassem, actual tutor de su grupo. El anterior
tutor de Svira y todos sus compañeros (un magoabjurador/guerrero elfo
llamado Anmarel) desaparecieron en una misión en los interiores de Chult asaltados
por los caminantes de las sombras. ¿Que hacían allí? Es algo que Svira trata de
averiguar.
Svira fue a virir a la capital de Halruaa, Halarath. Durante un tiempo estuvo haciendo misiones de escolta a un alto clérigo dweomekeeper de Mystra acompañada de otros prodigios pero las últimas visiónes la acercaron a Aguasprofundas y Siempreunidos donde finalmente encontró información valiosa relacionada con la desaparición de su culto.
Al parecer el culto de Shar se expandió peligrosamente entre las ciudades estado de Chult, las cuales han iniciado negociaciones con Halruaa para averiguar qué intereses puede tener Shar en Chult. Algunos magos de la región empezaron a tener la sospecha que podría haber una antigua magia de los elfos de la jungla que protegía unas tumbas ancestrales que ha podido ser corrompida por la sombra para fines que aún se tienen que esclarecer..
- Te he llamado antes de lo previsto porque esa zorra de las sombras pretende arrebatarme lo que me pertenece
- Señor no sé de qué habla. Le conteste mientras intentaba sin éxito hallar un lugar donde esconderme.
- Hablo de Shar, pero hagamos las cosas en el orden correcto. Arrodíllate ante mí y júrame fidelidad.
- Baje la mirada al suelo y me puse a juguetear con mis manos como si no le oyese.
- ¡Estas sorda! bramo ¡Soy Mefistofeles!¡tú dios! y llevo siglos esperando el recipiente adecuado. Júrame lealtad y te daré el poder para someter tu plano a mi voluntad.
Toichinao, Es un samurái de
Shou-Lung que llevaba años al servicio del Aprendiz de Elistae Wu Chu-Yiang,
realizando misiones diplomáticas para el poderoso mago a menudo relacionadas
con los entresijos de la nobleza del imperio. Su código de honor es tan férreo como
sus dotes de diplomacia y si alguna vez le fallan.. Dispone de otros medios más
contundentes para ganar una negociación.
Drinade, Soy Drinade Puño Luminoso maestra de la senda sublime de la espada, fundadora de los caballeros místicos del loto y portadora de las llamas del infierno. A mis 78 años me preparo para mi última cruzada, la muerte. Esa antigua conocida que me guiara a la ciudad de los muertos donde se disputaran mi alma Mefistofeles duque de Cania, Shar Señora de la noche y otros agraviados menores que carecen de importancia ante los ya citados. Aunque quien sabe, quizá tenga suerte y acabe formando parte del muro de la ciudad, como el resto de almas que decidieron no arrodillarse ante ningún Dios, y pasar al olvido eterno.
Me han conocido por muchos nombres y me han atribuido muchas hazañas que nada tuvieron que ver conmigo. Si este relato debe dejar constancia de mis actos, debemos comenzar por el principio, aclarando quien soy en realidad.
Contrariamente a la creencia popular nunca realice pacto alguno con un morador de los planos inferiores ni me sentí atraída por la magia oscura o el poder. Más bien, mi vida trascurrió como la de cualquier hija de granjeros que anhelaba entrar al servicio de Ilmater. Siempre desee llevar esas bonitas túnicas finamente bordadas y tener esas manos tersas e impolutas por no haber tenido que trabajar el campo. Desde mi perspectiva sus sacerdotisas eran auténticas diosas.
A diferencia de mis anhelos mis padres nunca les dieron gran importancia a los Dioses, de hecho, nunca se casaron. No consideraban necesario comunicar su unión a ningún gobierno ni Dios. Preferían una vida discreta y sin complicaciones.
Yo era la tercera de los cinco hijos que había dado a luz mi madre. Puesto que a mis seis años no era lo suficientemente fuerte como para trabajar en el campo, me encargaba de cuidar un pequeño rebaño de ovejas. Más que un trabajo se trataba de un juego. Acompañada de mi fiel Marlo, el mejor perro pastor que ha existido jamás, todos los días desempeñaba la misma rutina. Tras salir de casa, conducíamos al rebaño hasta un verde prado, próximo a la granja, rico en tréboles y lavanda. Mientras las ovejas pastaban me dedicaba a corretear, tumbarme y embriagarme de los olores de la naturaleza. Algunas veces exploraba brevemente los aledaños a un bosque cercano y tras almorzar me dormía en la tupida hierba, arropada por el sol antes de volver a casa y dejar a las ovejas en el redil.
Una tarde, mientras estaba durmiendo, tuve una extraña pesadilla. Sentí como si callera atravesando el suelo a gran velocidad, hasta que solo veía a mí alrededor oscuridad. Llegado el momento empecé a ver el prado y el bosque, pero era diferente, amenazador, cambiante y envuelto en sombras ¡todo eran sombras!. A la velocidad que me desplazaba pronto quedo atrás el prado, el bosque y todo elemento que me pudiese servir de referencia. Tras atravesar una especie de portal volví a caer ¿o a subir? no sabría muy bien describir la sensación. Seguí viajando por ese agujero negro hasta que fui a dar con mis huesos en el suelo. ¡Un suelo de hielo! Pensé, y tras incorporarme pude apreciar que me encontraba en un castillo fundido con un glaciar del hielo más frio que había sentido jamás. Al fondo del salón reclinado sobre una gran mesa de hielo se encontraba una figura humanoide, roja, de pelo negro, barba de chivo y ojos en llamas. A su espalda un enorme pebetero con una increíblemente brillante llama. La criatura me miro primero extrañada y después como si me reconociese me dijo:
¿Mefis quién?¿un señor tan feo un dios?¿ no sé qué de un plano?¿de qué habla este individuo tan raro? pensé. Levante la vista y al ver que el fulgor se sus ojos se estaba incrementando me di la vuelta y corrí, corrí como nunca lo había hecho en mi vida. Corrí hasta que me desperté y por el sudor que me envolvía parecía que realmente hubiese estado corriendo, pero aun así estaba helada, como si el hielo de la pesadilla se negara a soltarme.
Los siguientes quince días los pase en cama entre altas fiebres y delirios. En ese estado vislumbre ciudades enteras de demonios, almas condenadas y criaturas torturadas y mutiladas. Me movía entre ellos, pero ninguno percibía que me encontrara allí salvo el habitante del glaciar, al que tras ver siempre me despertaba murmurando la misma frase “criatura insignificante conoce tu lugar”.
Cuando paso la fiebre la situación no mejoró, seguía teniendo constantes pesadillas y una sensación extraña en mi interior. Aunque intentaba aparentar normalidad vi en un par de ocasiones a mis padres cuchichear y mirarme de reojo, lo que hacía que me sintiese más cómoda fuera de casa.
La última vez que dormí en el prado, y con ello puse fin a mi infancia prematuramente, me desperté relajada, la extraña sensación había desaparecido. Abrí los ojos y comprendí que las visiones que había tenido no eran solo pesadillas. Me encontré en el centro de una circunferencia de terreno abrasado, y todas las ovejas estaban muertas o habían desaparecido. Pero lo peor fue comprobar que Marlo estaba en tensión y me mostraba los dientes de modo amenazante, cortándome el paso hacia la granja. Había descubierto, al mismo tiempo que yo, que ya no era la niña con la que jugaba, sino una amenaza para sus amos, mi familia. Con los ojos cubiertos de lágrimas me di la vuelta y me dirigí al interior el bosque y en el estuve caminando durante días hasta que encontré un cueva donde refugiarme.
Welverine, No es común ver drows en Aguas Profundas , Welverine lo tuvo difícil en su
juventud pero demostró grandes cualidades para la magia que fueron rápidamente
observadas por las escuelas de magos. No tardo en abrirse camino en la difícil
ciudad hasta convertirse en uno de los agentes más jóvenes de los lores.
Paciente y precavido tiende a analizar bien una situación antes de actuar lo
que suele darle una alta probabilidad de éxito.
Guille, Este extraño githzerai
busca iluminar los mas oscuros y recónditos lugares de los Reinos y de todos los
planos, su devoción es inquebrantable y , aunque ha llegado al ojo del huracán en extrañas circunstancias, parece tener muy claro que el mundo tal y como se conoce ahora dependerá de que siga siéndolo si tienen éxito en sus misiones.
(Historia
en proceso.. )
Lex, Un halfling pilluelo de
Luiren. Acostumbrado a la vida del negociante de los bajos fondos Lex siempre
tuvo todo tipo de comodidades obtenidas con los beneficios obtenidos por sus
extraordinarias habilidades como comerciante y en determinadas ocasiones en las
que era necesario .. como ladrón y embaucador. Luiren , vecino de Halruaa, se empezó a ver
seriamente afectado con los últimos acontecimientos, los caminantes de las
sombras estaban obteniendo una gran influencia en la enemiga y vecina nación de
Dambrath y la economía de Luiren se vio gravemente afectada. Cuando Halruaa le
ofrecio un puesto como prodigio Lex no solo vio una oportunidad de enriquecerse
si no también la única forma de evitar la desaparición de su queridísimo hogar.
Entre sus gestas más destacadas esta
aquella en la que en una ocasión llego a tragarse una poderosa y enorme gema
para protegerla de sus captores.. como la recupero posteriormente es algo que
contaremos con más detalle en otra ocasión.