miércoles, 25 de septiembre de 2019

El Gran Pantano


El viaje en barco a Cathyr, capital de Dambrath, transcurría tranquilo en las cálidas aguas del mar del sur. El clima era favorable, solo el breve encuentro con el plesiosauro fue destacable en los largos días.  El pantano estaba cada vez más cerca y una merecida noche de descanso en una mullida cama sonaba más que bien.

En la tercera jornada la paz se ve interrumpida por varios irresistibles cantos de Sirena que logran  encantar a la tripulación y a algunos prodigios. Gregor en forma de tiburón gigante y Drinade se lanzan al mar para intentar dar caza a las criaturas.. Cuando las sirenas vieron un tiburón de  5-6 metros tirarse al agua optaron por una rápida retirada antes de hacer de carnada.

El resto del día transcurrió tranquilo mientras el barco bordeaba la costa de Halruaa con unas vistas de los imponentes acantilados del sur que se elevaban en la lejanía hacia los altos picos de las montañas del muro este. El paisaje fue progresivamente cambiando hacia una vegetación densa en unas tierras abruptas donde se encontraba el gran pantano de Rethild, rodeado de cumbres y repleto de deltas y lagos empantanados a lo largo de una extensión de más de 100 kilómetros.


El Barco entró por una de las lenguas del gran delta al sur del pantano y tras varios meandros llegó a un lago rodeado de densa vegetación y manglares en el que se podía vislumbrar a lo lejos un pequeño puerto casi mimetizado con la flora, apenas se podía distinguir entre la bruma. Tan solo unas pocas antorchas y alguna ventana iluminada indicaban que alguien habitaba el lugar. El aire era más y más pesado conforme el barco se acercaba al otro extremo del pantano, un fuerte olor a podredumbre, humedad  y quien sabe que más... inundaba el lugar.


En el puerto no había muchas estructuras, apenas unas pocas cabañas, algunos almacenes y la única estructura que destacaba entre todas ellas que sin duda era la posada de la Naga Borracha, así se llamaba.  A lo lejos, en la ladera de la colina, rodeada de chozas de lugareños hombres lagarto se erigía un pequeño complejo de estructuras de piedra rodeadas por una muralla vigilada por dos guardias en la entrada. En el centro del complejo había un pequeño zigurat,  las piedras estaban completamente cubiertas por esculturas, dibujos y relieves religiosos. Sin duda, el complejo era el centro neurálgico y religioso del puerto.

Había dos muelles de madera para el atraque de los barcos y un muelle de piedra en el extremo del puerto. Los prodigios pudieron apreciar al final del muelle de piedra una enorme ballesta sobre una plataforma, con una extraña munición de bolas grandes apiladas al costado en el borde del muelle. Tan solo un barco permanecía atracado en el puerto, este barco llamó la atención de los prodigios rápidamente dada su extraña apariencia.  La embarcación no era muy grande, estaba acorazada y poseía unos extraños artefactos de propulsión  que los prodigios jamás habían visto antes.


Los prodigios se reunieron con su compañero U-Gruuk en el almacén que contenía el cargamento de venenos de contrabando que tenían que vender a los gremios de ladrones de Cathyr y a  ciertos nobles Crinti  que conocía Pelikan.  Al anochecer llegaron los mercenarios del Huevo real, organización a la que también pertenece Lilith, para que sus chamanes comprobaran la integridad de la carga y no hubiera sorpresas en Dambrath. Tras comprobar que todo estaba ok se cerró el trato y los hombres lagarto se fueron.  Era hora de descansar, los prodigios fueron a la posada a descansar y echar unos tragos.

 La posada estaba tranquila, la sala principal era muy amplia y el techo alcanzaba los tres pisos. En el centro había una gran barra rectangular con una inmesa chimenea en medio donde se estaban asando todo tipo de carnes  y pescados. El olor a asado y especias inundaba la sala haciéndola mucho más agradable en contraste con el fétido olor del lago. No había mucha afluencia esa noche, unos pocos parroquianos, un grupo de cuatro enanos con pintas de curtidos mercenarios y un grupo de toscos mercenarios hombres lagarto sirvientes del huevo real que estaban poniéndose finos. Pelikan invito a todos a una buena ronda con asado.


Drinade trato de llegar a algún acuerdo comercial con los enanos pero no parecían muy interesados en negociar y tan solo querían ocuparse de sus jarras y sus asuntos. Sí que mostraron interés en saber a dónde se dirigían los prodigios pero Drinade los engaño para que creyeran que iban a otro destino. 

Aparte de eso y comer/beber bien... poco más aconteció esa noche.. Hasta que un parroquiano entro avisando a los prodigios que alguien quería hablar con ellos en el muelle de piedra junto a la ballesta. Tal personaje resulto ser Khelben Arunsun ‘BaculoOscuro’ pero los prodigios, cautos, no se fiaron y al final descubrieron que era un mago o ‘algo’ disfrazado que quería llevarles a una trampa con la excusa de que su misión iba a fracasar.  Dos formas enormes salen del agua invisibles y atacan a los prodigios una de ellas lanzando un potente rayo. Un poco más alejado, un capitán hombre lagarto que se hacia el borracho en los muelles coge un arco desde las sombras y ataca a los prodigios,  el mago impostor comienza a conjurar … prometía ser una noche tranquila de descanso.



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