El viaje en barco a Cathyr,
capital de Dambrath, transcurría tranquilo en las cálidas aguas del mar del sur.
El clima era favorable, solo el breve encuentro con el plesiosauro fue
destacable en los largos días. El pantano
estaba cada vez más cerca y una merecida noche de descanso en una mullida cama
sonaba más que bien.
En la tercera jornada la paz se
ve interrumpida por varios irresistibles cantos de Sirena que logran encantar a la tripulación y a algunos
prodigios. Gregor en forma de tiburón gigante y Drinade se lanzan al mar para
intentar dar caza a las criaturas.. Cuando las sirenas vieron un tiburón de 5-6 metros tirarse al agua optaron por una
rápida retirada antes de hacer de carnada.
El resto del día transcurrió
tranquilo mientras el barco bordeaba la costa de Halruaa con unas vistas de los
imponentes acantilados del sur que se elevaban en la lejanía hacia los altos
picos de las montañas del muro este. El paisaje fue progresivamente cambiando
hacia una vegetación densa en unas tierras abruptas donde se encontraba el gran
pantano de Rethild, rodeado de cumbres y repleto de deltas y lagos empantanados
a lo largo de una extensión de más de 100 kilómetros.
El Barco entró por una de las
lenguas del gran delta al sur del pantano y tras varios meandros llegó a un lago
rodeado de densa vegetación y manglares en el que se podía vislumbrar a lo
lejos un pequeño puerto casi mimetizado con la flora, apenas se podía
distinguir entre la bruma. Tan solo unas pocas antorchas y alguna ventana
iluminada indicaban que alguien habitaba el lugar. El aire era más y más pesado
conforme el barco se acercaba al otro extremo del pantano, un fuerte olor a
podredumbre, humedad y quien sabe que
más... inundaba el lugar.
En el puerto no había muchas
estructuras, apenas unas pocas cabañas, algunos almacenes y la única estructura
que destacaba entre todas ellas que sin duda era la posada de la Naga Borracha,
así se llamaba. A lo lejos, en la ladera
de la colina, rodeada de chozas de lugareños hombres lagarto se erigía un
pequeño complejo de estructuras de piedra rodeadas por una muralla vigilada por
dos guardias en la entrada. En el centro del complejo había un pequeño zigurat,
las piedras estaban completamente
cubiertas por esculturas, dibujos y relieves religiosos. Sin duda, el complejo
era el centro neurálgico y religioso del puerto.
Había dos muelles de madera para
el atraque de los barcos y un muelle de piedra en el extremo del puerto. Los
prodigios pudieron apreciar al final del muelle de piedra una enorme ballesta
sobre una plataforma, con una extraña munición de bolas grandes apiladas al costado
en el borde del muelle. Tan solo un barco permanecía atracado en el puerto, este
barco llamó la atención de los prodigios rápidamente dada su extraña
apariencia. La embarcación no era muy
grande, estaba acorazada y poseía unos extraños artefactos de propulsión que los prodigios jamás habían visto antes.
Los prodigios se reunieron con su
compañero U-Gruuk en el almacén que contenía el cargamento de venenos de
contrabando que tenían que vender a los gremios de ladrones de Cathyr y a ciertos nobles Crinti que conocía Pelikan. Al anochecer llegaron los mercenarios del
Huevo real, organización a la que también pertenece Lilith, para que sus
chamanes comprobaran la integridad de la carga y no hubiera sorpresas en
Dambrath. Tras comprobar que todo estaba ok se cerró el trato y los hombres
lagarto se fueron. Era hora de descansar,
los prodigios fueron a la posada a descansar y echar unos tragos.
La posada
estaba tranquila, la sala principal era muy amplia y el techo alcanzaba los
tres pisos. En el centro había una gran barra rectangular con una inmesa
chimenea en medio donde se estaban asando todo tipo de carnes y pescados. El olor a asado y especias
inundaba la sala haciéndola mucho más agradable en contraste con el fétido olor
del lago. No había mucha afluencia esa noche, unos pocos parroquianos, un grupo
de cuatro enanos con pintas de curtidos mercenarios y un grupo de toscos mercenarios
hombres lagarto sirvientes del huevo real que estaban poniéndose finos. Pelikan invito a todos a una buena ronda con asado.
Drinade trato de llegar a algún acuerdo
comercial con los enanos pero no parecían muy interesados en negociar y tan
solo querían ocuparse de sus jarras y sus asuntos. Sí que mostraron interés en
saber a dónde se dirigían los prodigios pero Drinade los engaño para que
creyeran que iban a otro destino.
Aparte de eso y comer/beber bien... poco más aconteció
esa noche.. Hasta que un parroquiano entro avisando a los prodigios que alguien
quería hablar con ellos en el muelle de piedra junto a la ballesta. Tal
personaje resulto ser Khelben Arunsun ‘BaculoOscuro’ pero los prodigios, cautos,
no se fiaron y al final descubrieron que era un mago o ‘algo’ disfrazado que quería
llevarles a una trampa con la excusa de que su misión iba a fracasar. Dos formas enormes salen del agua invisibles
y atacan a los prodigios una de ellas lanzando un potente rayo. Un poco más
alejado, un capitán hombre lagarto que se hacia el borracho en los muelles coge
un arco desde las sombras y ataca a los prodigios, el mago impostor comienza a conjurar … prometía
ser una noche tranquila de descanso.
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