Los prodigios continúan el arduo avance a través de las
diferentes pruebas del excéntrico Yilganor con perseverancia. Al final el “niño” resulto de gran ayuda en la
prueba de adivinación en una mazmorra llena de trampas y elecciones donde solo
las habilidades combinadas del grupo pudieron dar con la puerta final correcta.
Superada la prueba, se pudo disfrutar de un breve descanso
en la oquedad de los portales en la montaña sin interrupciones ni eventos
inesperados. Tras una ojeada a los portales restantes, empezó a crecer un
sentimiento de preocupación ... quizás al percibir que esas pruebas podrían
haber acabado con la vida de mucha gente y que podrían resultar ser la obra de
un mago medio loco harto de recibir visitas.
Los prodigios continuaron con la siguiente prueba
encontrándose en una sala octogonal donde una vez más había que elegir entre
varias varitas que resultaron ser ilusiones salvo una, la varita de conjuración
de sombras mayor. Al coger la varita el gnomo empezó a multiplicarse hasta
haber gnomos por toda la sala lo que creaba una confusa visión extendida por
todos los espejos hasta el infinito.
La batalla comenzó, con tan mala suerte para el gnomo y no
sin gran acierto por parte de los prodigios al quedarse atrapado por la
telaraña justo en el comienzo. La suerte estaba echada y la batalla parecía
resuelta pero ocurrió algo inesperado.. Al invocar el poder de la varita se
abrió un portal con el plano de las sombras y el enemigo irrumpió! Destruyendo
todas las Ilusiones, terminando la prueba y mostrando el portal de salida. Sombras
y magos empezaron a asaltar la sala y entonces la verdadera batalla tuvo lugar.
La salida estaba lejos y el portal crecía constantemente, aunque despacio, y
todo indicaba que no pararían de aparecer enemigos si no fuera por el muro de
piedra que tapo la entrada. Pero los prodigios sabían... que no sería para
siempre. Tras varias bolas de fuego,
proyectiles mágicos, rayos, expulsiones de no muertos y otras barbaridades los
enemigos fueron cayendo uno tras otro hasta quedar solo un mago que
fanáticamente seguía luchando sin importarle la ausencia de aliados. Derrotar
al mago y escapar, esa era la idea, pero de repente todo se torció. El mago
lanzo un confusión con tal fortuna que llego a afectar a Toichinao , Shevrik y
Devling al mismo tiempo , a los ojos de Drinade y Welverine la escena se volvió
dantesca mientras observaban con impotencia como sus compañeros se
atacaban los unos a los otros. El portal
se hacía más grande, se oían estrépitos procedentes de más enemigos intentando
romper la piedra que los bloqueaba y el mago sobreviviente luchaba con más
conjuros que no podían traer nada bueno.
La situación es desesperada pero aún no está perdida. La
versatilidad de los prodigios y la
fuerza que les impulsa propiciada por las revelaciones de Savras acerca del
Abismo y de la ambición de Lass Zural animan a los héroes a seguir adelante sin
dudar e intentar llegar hasta el excéntrico mago que podría tener la clave del
futuro de Toril
En la situación comprometida de
batalla en la que estaban metidos un poderoso mago de las sombras con una gran
resistencia en la batalla mágica y en la confusión en la que estaban
metidos Toichinao, el Delvling (arpista) y el gran Shevrik a punto de ser
trágica, aparece Guille el ferviente seguidor del "bien"
y mesías de su palabra, para romper el peligroso bucle que
se había creado auto-destructivo del grupo. Finalmente
Drinade acabó con el poderoso mago, y, pese a que la bruja quería quedarse
a finalizar la batalla contra los planos, fue convencida por Toichinao de
que quizá no fuera lo mas adecuado a largo plazo, afrontar la
brecha interplanar que se había abierto era su deber
pero quizás llegar a Yilganor podría evitar males mayores en
la guerra que se avecina en los planos ; tanto es así que lo ultimo que se
intuye aparecer de ese portal es un GIGANTESCO arácnido de la sombra que
provocó un shock en los prodigios y los alertó de que la misión
en la que estamos está en un punto bastante delicado. Al atravesar finalmente
el portal de Yilganor, la amenaza arácnida quedó atras ¿de manera permanente?
Tras la restauración y el merecido
descanso del grupo, sin más tiempo que perder el grupo se dispuso a atravesar
otra puerta de las desquiciadas pruebas del insano Yilganor. La siguiente
prueba resulta ser una serie de cámaras y pasillos subterráneos repletos de
pruebas que hacen que el grupo tenga que adaptarse para superar abismos,
habitaciones sin puertas, escenas pintorescas sin sentido, portales que transforman,
etc. Al entrar en una sala los prodigios se topan con una habitación
con inscripciones dwergar en las que se ve razas del subterráneo (drows y dwergar),
en escenas grotescas de mutilación y tortura por parte de los drows hacia los duergars.
Tras una breve exploración vemos un portal sin puerta (literalmente); En
el portal se infiere un aviso para que razas no subterráneas no lo atraviesen,
no obstante todo el grupo al descubrir un bug del sistema de defensa accede a
la zona que defendía el portal maldito por una ruta alternativa y tras
avanzar más profundamente en la prueba se encuentra con unas situaciones
bastante confusas: una elfa desesperada por haber perdido al resto de su grupo
, un campesino que labra la tierra de un desierto (en una zona
exterior), y quiere conseguir una cosecha extremadamente grande para ¿ganar un
concurso? de hortalizas grandes y.. una sala con dos estatuas de un elfo
escultor y una bella elfa noble con un bloque de piedra en medio que
al parecer se quedaron con las ganas.... y otra sala con un demonio alado
atrapado en una cama de tortura con una plancha de metal con pinchos cayéndole
encima que nunca acaban de atravesarlo. El grupo está intentando
pertrecharse de varas para ver si solucionan el chiflado enigma que les plantea
el esquizofrénico Yilganor.
Los prodigios pronto llegaron a
la conclusión que las salas de lo que parecía ser la prueba de alteración
dependían unas de otras, superar los acertijos que se iban encontrando
incrementaría las posibilidades de superar la 5ª de las pruebas sin muchos
contratiempos.
Antes de continuar había que
asegurar la zona y eso significaba que se debían esclarecer un poco más los
hechos que habían dejado sola y desamparada a la pobre elfa que ahora les
acompañaba. Tras varios interrogatorios y una intensa vigilancia por parte de
Fransico (que a veces escrutaba otras cosillas ya de paso) y Guille finalmente
se descubre que la indefensa elfa era un traicionero Cambiaformas (criaturas
difíciles de descubrir incluso con las dotes adivinatorias de Shevrik) que
había sido capturado en la capital elfica por robar a unos nobles. Su misión ahora como peón de Yilganor era
sencilla, robar lo máximo posible a los prodigios y desaparecer en cuanto
surgiera la primera oportunidad. Quien sabe, quizás incluso apuñalar a alguien
y reemplazarlo si se diera el caso. El
Cambiaformas había conseguido robar varios objetos mágicos que escondía en un
saco contenedor tapado por sus ropajes y lo más lógico hubiera sido despojarlo
de todo y abandonarlo a su suerte, pero tras un largo interrogatorio con
intimidaciones incluidas se descubrió
que la miserable criatura no podía saltarse sus ordenanzas a la ligera...
parecía más practico utilizarlo, conseguir su ayuda (y su varita) a cambio de
sus cosas y su vida y dejar que siguiera a lo suyo.
La búsqueda de varitas prosigue,
primero en la sala del desierto donde el agradecido agricultor se desprende de
otra varita al ver como sus hortalizas son agigantadas por un crecimiento de
plantas y, posteriormente, en la sala del demonio donde tras varios intentos de
dañarle por parte de Guille se llega a la conclusión que el demonio no iba a
colaborar fácilmente.
La bruja Drinade, conocedora de
estos seres infernales, buscando una alternativa consigue tras varias
negociaciones apoyadas por Guille y Fransico un pacto con la vil criatura para
conseguir la varita a cambio de su liberación y abandono inmediato del plano
material. El demonio cumple con su palabra a regañadientes sin conseguir la
ansiada sangre elfica que también quería como incentivo. Se va del plano..no
sin antes aterrar un poco a los presentes.
Cargados de varitas los prodigios
continúan por los pasadizos superando una estrecha rendija en forma de gelatina
y forma gaseosa. Luego se encuentran con
un pasadizo inundado que Drinade trata de superar sin suerte aguantando la
respiración para luego descubrir que Welverine tenía un conjuro de respirar por
el agua.. Suficiente. Finalmente llegan a la sala final donde hay tres círculos
mágicos en línea unidos por dos pasillos también rúnicos. Un extremo tiene un
perro y el otro un gato. Tras varias pruebas poniendo algún que otro perro y/o
elfo en los círculos sin suerte Fránsico hace memoria de sus largos días de
estudiante (y noches) estudiando y recuerda que el gato y el perro deberían ser
los únicos elementos necesarios. Tras discurrir un poco … se descubre que al
cambiar el perro en gato y viceversa se atraen y se unen al círculo central
rompiendo la protección y abriendo el portal.
Quedan 3 portales. Adentrándose
en el siguiente los prodigios se encuentran con una Arena de conjuración donde
entran a formar parte de un maquiavélico juego con una especie de mercader elfo
algo tripudo lleno de joyas. El juego es sencillo, invocar criaturas y usar
fichas de eventos todo con duraciones determinadas, para ganar la batalla en la
arena en un tiempo determinado, el que más criaturas tenga al final, gana.
Grifos, vampiros, ballestas, demonios todo vale … incluso hacer trampas... el sonriente
mercader se moja los labios.
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